Curiosidad - Cómo saber si tu novio es metrosexual


Según la revista femenina revistafucsia.com, la masculinidad y su forma de definirla ha sido objeto de numerosos estudios sociológicos y de interminables artículos que, de alguna manera, ayudaron a comprender las características esenciales de ese fenómeno llamado HOMBRE.
Últimamente, la virilidad que ostentaba un héroe patriótico, un astro de la pantalla o nuestros abuelos, ha sido vulnerada por un nuevo espécimen que muestra su cuerpo desnudo, usa el mejor perfume, se viste con Armani, tiene un Rolex, maneja un Ferrari y, por lo menos desde los carteles publicitarios, da a entender que para ser macho y tener un éxito asegurado con las mujeres, hay que seducirlas como en los años 50 nos seducían ellas a nosotros.
Y ahora apareció otro ídolo, Cristiana Ronaldo, el pase más caro de la historia del fútbol internacional, joven, atlético, simpatiquísimo, y además, por suerte, gran jugador. El chico parece que la tiene clara, porque le dijo que no a Paris Milton, lo que demuestra que quiere más calidad que cantidad. Pero eso sí, cuando firmó su contrato millonario, tuvo que sacarse la camiseta y mostrar su torso perfecto ante la prensa mundial. Es decir, que ya no basta la mirada de Gregory Peck, la sonrisa de Clark Gable, la seducción de Cary Grant, hoy hay que desnudarse, mostrarse de cuerpo entero, como lo hacía de una manera provocativa y sorprendente la mujer, desde que Marilyn apareció en esa famosa foto con su vestido movido por corrientes de brisa.
Siempre la especie masculina ha sido, aún en el reino animal, la mejor disfrazada, y bastaría recordar los aretes de los piratas ingleses, las pelucas del siglo XVIII, las capas de Drácula o las botas de D’Artagnan.
El tiempo ha dado la razón a la estética. Y hoy es un placer ver a mujeres y hombres preocupados por lucir bien, que antes que nada es respeto por el cuerpo y, en consecuencia, también por el espíritu.
Por supuesto y queda sobreentendido, que leer, seguir una carrera, ir al teatro y al cine, es fundamental. Porque la cultura y el buen lucir; definitivamente deberían ir de la mano.

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