Steve Jobs, el visionario empresario de Apple, no dejaba que sus niños usaran iPhones o iPads mientras estuvo vivo.
Jobs, quien asistió en la creación de muchos de los productos más famosos de Apple, tuvo dos hijas y un hijo, antes de su fallecimiento en el 2011.
Nick Bilton, reportero de New York Times, reveló recientemente fragmentos de una entrevista que le realizó a Jobs.
"Ah…, entonces, ¿sus hijos deben amar el iPad?", preguntó Bilton.
"Nunca lo usaron. Limitamos la cantidad de tecnología que nuestros chicos pueden usar en casa", aseguró Jobs.
"'Seguro -respondí, en medio de un suspiro y un silencio atónito. Había imaginado la casa de Jobs como un paraíso para los nerds: donde las paredes eran pantallas táctiles gigantes, la mesa del comedor estaba hecha de azulejos de iPads y iPods, que eran obsequiados a los invitados como chocolates", añadió Bilton. "No, dijo Jobs, ni siquiera estás cerca."
Jobs no dio más detalles en esa entrevista, pero Walter Isaacson, biógrafo de Steve Jobs, confirmó que Jobs valoraba el tiempo con su familia lejos de las pantallas.
"Todas las noches Steve hacía hincapié en cenar en aquella gran mesa larga de su cocina, discutiendo sobre libros e historia, y otra variedad de cosas", escribió Isaacson.
"Ninguno saca un iPad o una computadora. Los niños no parecían adictos a los dispositivos en lo absoluto".
El artículo del NYT incluye citas de varios de los involucrados en el mundo de la tecnología, que también limitan estrictamente el tiempo que pasan sus hijos frente a la pantalla, incluyendo la prohibición de todos los aparatos en las noches de escuela.
"Mis hijos y mi esposa me acusan de ser fascista, y de estar excesivamente preocupado por la tecnología; dicen que ninguno de sus amigos tiene las mismas reglas", expresó Chris Anderson, CEO de 3d Robotics, con relación a sus cinco hijos de entre 6 y 17 años. "Eso es porque hemos visto de primera mano los peligros de la tecnología. Lo he visto en mí mismo, y no quiero que eso les suceda a mis hijos".
Bilton sostiene que entre los peligros a los que él se refiere están la inclusión de contenidos nocivos tales como la pornografía, el acoso cibernético, o llegar a convertirse en adicto a los dispositivos.
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