El hallazgo está basado en el reloj biológico de una persona, el llamado ritmo circadiano, que está vinculado a la luz y la oscuridad.
El ritmo circadiano está regulado por proteÃnas que se producen en varios órganos, incluido el corazón.
Ahora, los investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Colorado, en Denver, encontraron que una de esas proteÃnas es esencial para evitar el daño que causa un infarto en el corazón.
Y ésta puede activarse exponiendo al paciente a una terapia de luz intensa, expresan los cientÃficos en la revista Nature Medicine.
El hallazgo, creen los cientÃficos, podrÃa ser una herramienta muy útil, y poco costosa, para las personas en riesgo cardÃaco, ya que incluso la luz natural podrÃa ofrecer beneficios.
Conversión de energÃa
“El estudio sugiere que la luz intensa, o incluso la luz natural, pueden reducir los riesgos de sufrir un infarto o sufrir daños a causa de uno de estos eventos” afirma el profesor Tobias Eckle, quien dirigió el estudio.
“Para los pacientes, esto puede significar que la exposición a la luz del dÃa dentro del hospital puede reducir el daño que ha causado un infarto” agrega.
El ritmo circadiano controla varios procesos biológicos y metabólicos en el organismo, como el sueño, la vigilia y el hambre, durante los ciclos de 24 horas.
Este reloj biológico se ajusta con factores externos del medio ambiente, de los cuales el más importante es la luz.
Quienes regulan el funcionamiento circadiano son principalmente las proteÃnas del cerebro, pero también están involucradas proteÃnas de otros órganos, incluido el corazón.
Ahora el profesor Eckle y su equipo descubrieron que una de estas proteÃnas, llamada PerÃodo 2 (Per2), juega un papel esencial cuando ocurre un infarto.
Estos eventos ocurren cuando el corazón no puede recibir suficiente oxÃgeno, debido a un bloqueo en la corriente del flujo sanguÃneo.
Sin oxÃgeno el corazón debe obtener otra forma de energÃa y para ello reemplaza su combustible usual -la grasa- por glucosa.
Si el corazón no lleva a cabo este cambio en su metabolismo las células mueren y el músculo queda dañado.
La nueva investigación, llevada a cabo con animales, encontró que la proteÃna Per2 juega un papel esencial en el cambio de grasa a glucosa.
Tal como explican los investigadores, el estudio mostró que la luz intensa logró activar la función de la proteÃna Per2, mejorar la conversión a glucosa y minimizar los daños en el corazón.
Preliminar
El estudio, subrayan los investigadores, es preliminar y todavÃa deberán llevarse a cabo investigaciones más amplias para confirmar estos resultados.
Los cientÃficos todavÃa no saben cómo la proteÃna Per2 mejora la eficiencia de la conversión de glucosa y tampoco se sabe si la luz podrá cambiar el metabolismo de un corazón humano igual que ocurrió con los animales.
Estudios pasados ya han demostrado la importancia del gen de la proteÃna PerÃodo 2.
En investigaciones con ratones se demostró que el gen parece regular la capacidad de los animales para predecir cuando tienen hambre.
Y otra investigación demostró que el gen Per2 juega un papel esencial en la capacidad del cerebro para reajustar la actividad del ritmo circadiano con la luz del dÃa.
El ritmo circadiano está regulado por proteÃnas que se producen en varios órganos, incluido el corazón.
Ahora, los investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Colorado, en Denver, encontraron que una de esas proteÃnas es esencial para evitar el daño que causa un infarto en el corazón.
Y ésta puede activarse exponiendo al paciente a una terapia de luz intensa, expresan los cientÃficos en la revista Nature Medicine.
El hallazgo, creen los cientÃficos, podrÃa ser una herramienta muy útil, y poco costosa, para las personas en riesgo cardÃaco, ya que incluso la luz natural podrÃa ofrecer beneficios.
Conversión de energÃa
“El estudio sugiere que la luz intensa, o incluso la luz natural, pueden reducir los riesgos de sufrir un infarto o sufrir daños a causa de uno de estos eventos” afirma el profesor Tobias Eckle, quien dirigió el estudio.
“Para los pacientes, esto puede significar que la exposición a la luz del dÃa dentro del hospital puede reducir el daño que ha causado un infarto” agrega.
El ritmo circadiano controla varios procesos biológicos y metabólicos en el organismo, como el sueño, la vigilia y el hambre, durante los ciclos de 24 horas.
Este reloj biológico se ajusta con factores externos del medio ambiente, de los cuales el más importante es la luz.
Quienes regulan el funcionamiento circadiano son principalmente las proteÃnas del cerebro, pero también están involucradas proteÃnas de otros órganos, incluido el corazón.
Ahora el profesor Eckle y su equipo descubrieron que una de estas proteÃnas, llamada PerÃodo 2 (Per2), juega un papel esencial cuando ocurre un infarto.
Estos eventos ocurren cuando el corazón no puede recibir suficiente oxÃgeno, debido a un bloqueo en la corriente del flujo sanguÃneo.
Sin oxÃgeno el corazón debe obtener otra forma de energÃa y para ello reemplaza su combustible usual -la grasa- por glucosa.
Si el corazón no lleva a cabo este cambio en su metabolismo las células mueren y el músculo queda dañado.
La nueva investigación, llevada a cabo con animales, encontró que la proteÃna Per2 juega un papel esencial en el cambio de grasa a glucosa.
Tal como explican los investigadores, el estudio mostró que la luz intensa logró activar la función de la proteÃna Per2, mejorar la conversión a glucosa y minimizar los daños en el corazón.
Preliminar
El estudio, subrayan los investigadores, es preliminar y todavÃa deberán llevarse a cabo investigaciones más amplias para confirmar estos resultados.
Los cientÃficos todavÃa no saben cómo la proteÃna Per2 mejora la eficiencia de la conversión de glucosa y tampoco se sabe si la luz podrá cambiar el metabolismo de un corazón humano igual que ocurrió con los animales.
Estudios pasados ya han demostrado la importancia del gen de la proteÃna PerÃodo 2.
En investigaciones con ratones se demostró que el gen parece regular la capacidad de los animales para predecir cuando tienen hambre.
Y otra investigación demostró que el gen Per2 juega un papel esencial en la capacidad del cerebro para reajustar la actividad del ritmo circadiano con la luz del dÃa.
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