Durante la Guerra Fría la Unión Soviética y Estados Unidos llevaron el espionaje hasta límites insospechados. El nivel de paranoia en ambos bandos dio pie a historias como la ocurrida en una cafetería en el Pentágono. Este es el (hilarante) relato americano del puesto de perritos más peligroso del planeta.
Es posible que de tantos relatos que hayamos leído o escuchado sobre la etapa que fue la Guerra Fría, las historias y las leyendas se mezclen y haya mucho de ficción dentro de la propia verdad. Lo cierto es que fue una época de tensión, posiblemente de máxima tensión en ocasiones, donde Estados Unidos y la antigua URSS mantenían la alerta a todos los niveles.
Puestos a volar la imaginación de la época bajo una supuesta guerra entre las dos superpotencias, lo más probable sería que el lanzamiento de armas nucleares de unos y otros en un ida y vuelta hubieran destruido prácticamente el planeta. No fue así evidentemente, pero la historia narrada por los norteamericanos nos habla de un simple puesto de perritos calientes que estuvo a punto de desatar el conflicto. Una cafetería “conocida” como Café Ground Zero.
Perritos calientes, misiles y un búnker secreto
Foto: Pentágono. Frontpage / Shutterstock
El nombre con el que se ha conocido en el tiempo a este puesto o stand situado en el interior del Pentágono es una broma derivada de los acontecimientos. El término Ground Zero (Zona cero) fue utilizado en un primer momento a raíz delProyecto Manhattan y de las detonaciones y bombardeo que tuvieron lugar en las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki.
El uso, si hacemos caso del diccionario, cita al término definiéndolo como parte de la tierra o el suelo inmediatamente debajo de una explosión de bomba, sobre todo en el caso de un arma nuclear. Es así también como se le conoce al espacio abierto en el centro del Pentágono, y en último término y de manera informal, al pequeño snack bar que estaba en el centro de esta plaza.
En esencia el café era una pequeña tienda de comida que proporcionaba el almuerzo a los empleados del Pentágono. Un espacio donde se mezclaban todo tipo de funcionarios, incluyendo altos mandos del gobierno. Esta fue la razón de que la inteligencia rusa creyera que el edificio era en realidad una entrada a un búnker secreto.
Foto: Antiguo Café Ground Zero. by Steven Donald Smith
Y es que según cuenta el Departamento de Defensa estadounidense, a través del uso de imágenes de satélite los soviéticos podían ver como un amplio grupo de oficiales militares estadounidenses entraban y salían diariamente de la cafetería. Lo hacían más o menos a la misma hora todos los días. La conclusión para los rusos fue que se trataba de la entrada a un búnker subterráneo. Según explica Brett Eaton, oficial de Washington:
La historia ocurriría durante la Guerra Fría, momento en el que los rusos tenían siempre en el punto de mira dos misiles dirigidos a este puesto de perritos calientes. Los rusos pensaban que se trataba de una sala del más alto nivel para reuniones secretas en el Pentágono, y que todo el Pentágono era una gran fortaleza construida en torno a este puesto de comida. Creyeron que los oficiales acudían diariamente a una zona especial protegida cuando en realidad no era más que un comedor donde tomar el almuerzo.
Para corroborar esta historia habrían existido informes de los propios rusos. Según explica Steve Vogel, escritor de The Pentagon: A History y reportero del Washington Post, durante la década de 1950 se asumió que la cafetería del Pentágono eran el blanco de misiles soviéticos:
Después de que terminara la Guerra Fría, hubieron informes de los soviéticos señalando que creían que el café era en realidad la entrada de un búnker debido a la cantidad de personas que veían entrar y salir. Ahora, si las reclamaciones venían de la inteligencia soviética realmente, eso no lo sabemos. Pero lo que es cierto es que los soviéticos tenían armas nucleares apuntando en el centro del Pentágono.
En cualquier caso así fue como este puesto se ganó con el tiempo el sobrenombre de Café Ground Zero, el puesto de perritos más peligroso del mundo. Leyenda o realidad, lo cierto también es que no existe réplica por parte de los soviéticos. Rusia nunca ha verificado esta información ni ha aclarado si es o no falsa.
Hoy la cafetería tiene un valor simbólico para el propio Pentágono, quién incluye esta historia como parte del folclore y leyendas de la Guerra Fría entre las visitas turísticas en el centro. En el año 2006 el Café Ground Zero fue demolido para dar paso a un nuevo restaurante… o cómo dicen en el Pentágono, a una nueva “guarida secreta”.
0 Comentarios