La isla de Santo Tomé, frente a las costas africanas de Gabón y Nueva Guinea, es el hogar de algunas especies fascinantes por su enorme tamaño. El último de estos gigantes en ser descubierto acaba de ganar el título al canario más grande del mundo, una pequeña bestia de 20 centímetros.
Puede parecer pequeño, pero un canario doméstico mide alrededor de 13 centímetros de largo. El pidogordo de Santo Tome (Crithagra concolor) es casi el doble que el pajarito que muchos tienen en sus casas, y presume de un pico más grande en proporción a la cabeza que el de los canarios silvestres o domésticos.
El pico, de hecho, ha sido un motivo de confusión para los naturalistas durante años. Hasta ahora se pensaba que el pájaro pertenecía a una familia de aves propia, pero tras una larga investigación, el biólogo de la Universidad de Oporto Martim Pinheiro de Melo ha logrado capturar cuatro especímenes y confirmar que se trata de un canario descomunal.
El picogordo de Santo Tomé presenta un manto de plumas marrones con el pico gris oscuro, y los aficionados a los canarios cantores van a tener que esperar muchos años si pretenden hacerse con uno. La especie se halla en peligro crítico de extinción. Solo existe en la isla, y es tan huidiza que pasaron 101 años sin que se viera un ejemplar después de que el naturalista portugués Francisco Newton descubriera la especie en 1888.
Santo Tomé es el hogar de 140 especies de aves, de las que 20 son endémicas de la isla y tres son gigantes en su género. Curiosamente, el único mamífero endémico de la isla es un ratón diminuto, y el pequeño de su familia: la musaraña de Santo Tomé (Crocidura thomensis).
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