Dinosaurios inteligentes podrÃan haber evolucionado en otros planetas y ser, en la actualidad, las especies dominantes en sus mundos de origen. Una idea que, por peregrina que parezca, parece plausible desde el punto de vista cientÃfico. O por lo menos asà lo cree el famoso investigador Ronald Breslow, que fue presidente de la American Chemical Society y que acaba de publicar en la revista oficial de ese organismo un estudio que sugiere, precisamente, esa intrigante posibilidad.
Imaginemos por un momento que los dinosaurios no hubieran desaparecido de la Tierra hace 65 millones de años. ¿Cómo serÃan ahora? Su extinción se debió principalmente al impacto de un meteorito de 10 km. de diámetro que acabó con ellos y, de paso, con cerca del 70% de toda la vida de nuestro planeta en tierra, mar y aire. Es decir, que los dinosaurios desaparecieron debido a un hecho fortuito.
Con los dinosaurios fuera de escena, los mamÃferos pudieron salir de las madrigueras en las que estaban confinados y heredar un mundo, el nuestro, que habÃa pertenecido por completo a los “lagartos terribles” durante 80 largos millones de años. Mucho tiempo después, algunos de esos mamÃferos desarrollaron una inteligencia que les permitió prosperar y hacerse, a su vez, dueños de la Tierra.
En otros mundos en los que, hipotéticamente, la vida se hubiera desarrollado de forma similar a como lo hizo en la Tierra, la era de los dinosaurios podrÃa no haberse truncado repentinamente debido a un acontecimiento externo. Y criaturas como el T. rex o los velociraptores habrÃan tenido un largo tiempo (decenas de millones de años) para seguir evolucionando.
El hombre “sólo” ha tardado tres millones de años en hacerse inteligente. Con mucho más tiempo a su disposición, ¿Les podrÃa haber ocurrido lo mismo a estos supuestos “dinosaurios extraterrestres”? Si asà fuera, “serÃa mucho mejor que no nos encontráramos con ellos”, asegura Breslow en su estudio.
Por supuesto, el trabajo de Breslow no habla directamente de “dinosaurios inteligentes”, sino de conceptos mucho más básicos y ligados estrechamente con la quÃmica de la vida. En concreto, Breslow discute un viejo misterio cientÃfico: el de por qué los aminoácidos (los ladrillos básicos que constituyen las proteÃnas), al igual que los azúcares y el resto del material genético del ADN y el ARN tienen, aquà en la Tierra, una única orientación.
En la Naturaleza, hay dos posibles orientaciones que estos elementos pueden tomar: la izquierda y la derecha, siendo una el espejo de la otra de la misma forma en que ocurre, por ejemplo, con nuestras dos manos. Esta capacidad de doble orientación se conoce como “quiralidad”. Pero para que la vida pueda prosperar las proteÃnas, por ejemplo, deben de contener sólo una forma quiral de aminoácidos, bien sea la izquierda o la derecha.
Y resulta que aquÃ, en la Tierra, con la excepción de algunos grupos de bacterias, todos los aminoácidos están orientados a la izquierda, mientras que la mayor parte de los azúcares lo están a la derecha. ¿A qué se debe esta clara preferencia (que los investigadores llaman “homoquiralidad”) por una orientación concreta en detrimento de la otra?
En su investigación, Breslow sostiene que, hace 4.000 millones de años, los aminoácidos llegados hasta una Tierra aún sin vida a caballo de meteoritos y cometas marcaron el patrón y formaron, por lo tanto, proteÃnas con orientación a la izquierda, hecho que llevó después a la formación de azúcares con orientación a la derecha.
“Por supuesto – explica Breslow- lo sucedido con esta orientación determinada no es lo mismo que habrÃa sucedido con la orientación opuesta”. Lo cual, para el cientÃfico, tiene implicaciones importantes: “en cualquier otro lugar del Universo podrÃa haber formas de vida basadas en aminoácidos con orientación a la derecha (al revés que aquÃ) y azúcares con orientación a la izquierda. Tales formas de vida podrÃan muy bien ser versiones avanzadas de dinosaurios, siempre que los mamÃferos no hubieran tenido la suerte de que un asteroide los eliminara. En ese caso, serÃa mucho mejor no encontrarse con ellos”.
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