La mafia siciliana es famosa por utilizar la “Lupara bianca” (la escopeta blanca), un término usado para describir los asesinatos en los que las víctimas desaparecen misteriosamente sin dejar rastro. Los sistemas para ejecutarla van desde enterrar los cuerpos en el campo hasta tirar el cadáver a los pilares de los edificios en construcción, para cubrirlos de hormigón.
Pero según muchos informadores de la policía, un método efectivo de ejecutar “la blanca” es el de disolver los cuerpos de las víctimas en tanques o barriles de ácido sulfúrico. Según estas personas, basta con poner a alguien en ácido sulfúrico durante 15 o 20 minutos y se convierte en líquido.
¿Se necesita realmente tan poco tiempo para borrar a una persona del mapa con ácido? Contrariamente a las afirmaciones hechas por los informantes dentro de la mafia siciliana, el ácido sulfúrico no disuelve un cadáver en cuestión de minutos. Y lo afirma una investigación que se presentó el 23 de febrero de este año en la reunión anual de la Academia Americana de Ciencias Forenses.
Massimo Grillo, de la Universidad de Palermo en Italia y sus colegas, llevaron a cabo un experimento poniendo trozos de cerdo en tanques de ácido sulfúrico, pues los cerdos son ampliamente utilizados como sustitutos de la carne humana en experimentos científicos. Y demostraron que se necesita por lo menos un día en disolver la carne.
También descubrieron que, si se añade agua al ácido, las velocidades del proceso aumentan, produciéndose la disolución del músculo y el cartílago dentro de las 12 horas siguientes y volviendo en polvo el hueso en alrededor de dos días.
Esto sugiere que la técnica podría convertir un cadáver en totalmente irreconocible (incluso para la chica de “Bones”) en ese lapso temporal de 48 horas. Pero, según el autor del estudio, “es imposible que destruyan por completo un cadáver con ácido”.
Sin embargo, esta técnica ha sido utilizada por la mafia desde hace décadas. La policía ya encontró tanques de ácido en un escondite de Palermo conocido como la “cámara de la muerte”, donde el jefe del crimen Filippo Marchese supuestamente disolvía a sus víctimas después de torturarlas, allá por 1980, según afirmó Filippo Cascino, otro coautor del estudio de la Universidad de Palermo.
Esta cámara era un pequeño apartamento en la plaza de Sant Erasmo donde hasta 100 personas, mafiosos enemigos de los Corleonesi, desaparecieron disueltos en ácido, para luego lanzarse al mar los restos que quedaban. Marchese posteriormente también acabaría en un barril de ácido en algún momento no definido de 1982.
La técnica también se utilizó fuera de Sicilia. Uno de los capítulos más importantes en la historia del mafioso John Gotti fue la muerte, en 1980, de su hijo Frank, de tal sólo 12 años. El niño fue atropellado por un vecino llamado John Favara, que cinco meses más tarde desapareció sin dejar rastro.
Según una documentación archivada en 2009 en el tribunal federal de Brooklyn, siete hombres dispararon a Favara hasta morir por orden del propio Gotti y su cuerpo fue disuelto en un barril de ácido. Un testigo había identificado a Charles Carneglia, un antiguo gángster, como autor del asesinato, el cual habría contado a un confidente suyo que el ácido era “el mejor método para evitar ser descubierto”.
El uso de los barriles de ácido también habría sido adoptado por la mafia calabresa hasta llegar a nuestros días. En febrero de 2010, la ‘Ndrangheta asesinó y después disolvió en ácido a Lea Garofalo, una mujer que había colaborado con la Justicia y que desapareció repentinamente en Milán.
Garofalo, de 35 años, había colaborado con los jueces en 2002 dando algunos detalles sobre las actividades de la ‘Ndrangheta y sobre la guerra interna entre varios de su clanes. En 2006, Garofalo había decidido abandonar el plan de protección de testigos y se había trasladado a una localidad secreta. Fue una mala idea.
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