Noticias - El guardaespalda de Obama que tubo el rebú con la mujer de la vida alegre


Dos supervisores del Servicio Secreto de EE.UU., entre los once agentes presuntamente implicados en el escándalo con prostitutas en Cartagena (Colombia) previo a la VI Cumbre de las Américas, han sido identificados, informó hoy el diario The Washington Post.
El periódico indicó en su página web que uno de los supervisores, David Randall Chaney, de 48 años, quiso hacer bromas de sus funciones de seguridad mediante fotos que colgó en su muro en Facebook, aunque aparentemente no están vinculadas con el escándalo.
Entre las imágenes que Chaney colocó en su página de Facebook, figura una en la que él aparece detrás de la exgobernadora de Alaska y ex candidata a la vicepresidencia republicana en 2008 Sarah Palin.
Chaney, casado y con un hijo adulto, bromeaba en esa foto de que estaba “echándole un vistazo” a Palin, siguiendo el hilo a unos comentarios que sus amigos colgaron en su muro.
Tras intensas presiones, Chaney, un supervisor en la unidad internacional del Servicio Secreto, anunció su jubilación el miércoles, según fuentes allegadas a la investigación interna del escándalo, que incluyó bebidas alcohólicas, visitas a un burdel y encuentros con prostitutas.
El segundo supervisor implicado en el incidente del pasado día 11, dos días antes de que llegara a Cartagena el presidente Barack Obama para la cumbre regional, es Greg Stokes, indicó el diario, que citó a personas allegadas al asunto.
Según The Washington Post, Stokes, encargado de la división canina del Servicio Secreto, ya ha sido notificado de que será despedido, tras un escándalo que ha ocasionado una gran vergüenza para el Gobierno de EE.UU. y ha desmoralizado a los miembros de la entidad de seguridad.
Fuentes anónimas citadas por el diario indicaron, sin embargo, que Stokes tendrá la oportunidad de apelar la decisión y defenderse de los cargos.
Tanto Chaney como Stokes tienen cerca de una veintena de años de labor en el Servicio Secreto, especialmente en tareas de seguridad presidencial, y habían sido enviados a Colombia para supervisar a decenas de agentes menos expertos en temas de seguridad.
En total, once agentes del Servicio Secreto y diez militares están implicados en el escándalo. Aunque la prostitución es legal en Colombia, la institución impone un riguroso código de conducta para sus empleados, especialmente porque conductas indebidas pueden exponerlos a chantaje o crear problemas de seguridad para EE.UU..
Aunque el Servicio Secreto asegura que se trata de un caso aislado y no forma parte de un problema sistémico de la institución, líderes del Congreso de EE.UU. sopesan realizar audiencias para dirimir responsabilidades.
El Servicio Secreto tiene un presupuesto operacional de unos 1.500 millones de dólares, un cuerpo de 3.500 agentes y otros 1.400 oficiales uniformados. Su misión es proveer servicios de protección a funcionarios de alto rango en Estados Unidos.
En el año fiscal 2011, los agentes participaron en más de 5.600 viajes dentro de EE.UU. y cerca de 400 viajes en el exterior.
Este año ya tenían las presiones de dar protección en plena campaña electoral y el escándalo ha venido a mancillar la imagen de la institución, según algunos observadores.

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