Corre aún el mito de que por causas biológicas o evolutivas etc etc las mujeres quieren amor y los hombres solo sexo, pero yo creo que es hora de invertir la frase. Empíricamente surge de observar las redes sociales, los sitios de citas y mi vida personal y la de mis allegadas. A veces las mujeres hacemos cualquier cosa con tal de cubrir la ración semanal, como bien dice mi amiga Cucu: “con tal de que sea heterosexual y respire”… Al mismo tiempo escucho a muchos hombres desestimar el sexo casual y el picoteo, algunos por el tiempo de dedicación que implica la cacería, otros por inseguridad (esto último lo supongo).
Cuestión es que el origen de esta creencia, de que necesitamos algún tipo de “compromiso” para relacionarnos sexualmente, data de un estudio realizado en 1989 en el que se concluyó que los hombres aceptaban más las invitaciones a tener sexo con desconocidos que las mujeres. Lo que no aclaró entonces es que la investigación coincidía con el comienzo del boom de las citas virtuales. Esto marcó las reglas del nuevo juego: ninguna chica quería amanecer degollada en la cama de un sujeto cazado en Internet. Ante esa amenaza, priorizamos la seguridad personal a la urgencia genital. Esa situación hoy cambió radicalmente: el 80 % del mundo se conoce via redes. De hecho dedicamos hooooras al hunting erótico clikeando corazoncitos y cruces, a ver a quién cenamos esta noche.
Por eso, un grupo de académicos alemanes de la Universidad de Johannes Gutenberg decidió revisar aquel estudio convocando, con la excusa de probar una nueva Web de citas, a 60 hombres y mujeres heterosexuales a los que por separado se les enseñó fotos de los participantes. Luego se los invitó a compartir una misma sala y allí observaron que tanto hombres como mujeres fueron a buscar sexo directamente con la persona en la que estaban potencialmente interesados. No hubo ninguna diferencia en la conducta de unos y otros. Con esto, los investigadores probaron que una vez eliminados los prejuicios sociales y los riesgos las mujeres están dispuestísimas a acostarse con alguien solo para pecar un rato, y si te he visto… ¡no me acuerdo, y no hay problema!
Volviendo a lo del amor, ya hemos entendido que el sexo es un lindo intercambio de placer y que no es amor, ni produce amor, ni va ligado necesariamente a aluna clase de amor. Aunque tampoco creo que sea “como respirar” según me dijo un conocido hace poco, relativizando aún más su importancia dentro de un vínculo. Yo sí me quiero casar y respirar el mismo aire que mi amado, aunque es cierto que mientras llega el indicado no hay que ahogar al equivocado.
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