¿Qué habría pasado si tras el tremendo éxito de E.T. Spielberg realizaba una segunda parte? La respuesta corta es que nada bueno. La larga es la historia real de un borrador que Spielberg había avanzado. Esto fue lo que ocurrió las semanas siguientes al estreno del film original. Un avance: demos gracias a que las escrituras se quedaron en un borrador.
Año 1982, se estrena en los cines E.T., la historia de un extraterrestre que llega a la Tierra. Dirigida por Steven Spielberg y escrita por Melissa Mathison, la historia está basada en las vivencias del propio Spielberg, quién contaría posteriormente que su idea era trasladar el amigo imaginario que tuvo en la adolescencia tras el divorcio de sus padres.
El film no fue un éxito cualquiera, el resultado fue apabullante para la época. Público y crítica se pusieron a los pies de la producción del “rey midas” de Hollywood convirtiendo a la película en la más taquillera hasta ese momento (superando a Star Wars). A su vez la crítica especializada aclamó una obra que mezclaba muchas de las señas distintivas a lo largo de la carrera del director, Spielberg había logrado un “clásico” instantáneo.
Con estos mimbres y ese clima de euforia podemos hacernos una idea de lo que pasaba por la cabeza de los directivos de Universal Pictures. Había que hacer una segunda parte sí o sí. Y no tardaron mucho en pensarlo, ese mismo año y tras el estreno, Spielberg recibe una llamada.
E.T.: estirando el chicle
Hay películas que no se deben tocar, y E.T. parece claro que debe ser una de ellas. Pongamos como ejemplo de la maldición que persigue al film lo ocurrido con su versión en videojuego. Creada por Atari en 1982, hoy podemos afirmar que se trataba de una de las conversiones más horribles que jamás se realizaron. Una experiencia de juego caótica y mala que terminaría en rotundo fracaso. No sólo eso, dejó muy tocado a la propia Atari, y aunque esta es otra historia, les recomiendo el visionado del documental Atari: Game Over, una producción que además ayuda a enterrar algunos mitos y leyendas sobre lo sucedido aquellos meses.
Volviendo a esa segunda parte en ciernes, a Spielberg se le encarga elaborar un guión junto a Mathison. Hablamos del verano de 1982, un momento en el que no había nadie en Hollywood que tuviera el magnetismo que arrastraba Spielberg (ya en su haber con películas como Jaws, Close Encounters of the Third Kind o la primera de Indy).
Y luego evidentemente con E.T. Como decíamos al comienzo, con la producción Spielberg lograba aunar éxito en taquilla y audiencia para su causa. Enamoró a toda una generación con su extraterrestre de buen corazón y podemos decir que se encontraba en ese momento en el olimpo del cine. La exigencia de los estudios por una segunda parte estaba “justificada” desde un punto de vista económico.
Por tanto nos podemos imaginar la situación. Al hombre que domina el instante en el universo cinematográfico se le pide que haga E.T. a cambio de una gran suma de dinero, que rescate a su extraterrestre y que regrese a la Tierra, y que lo haga como sea, pero que regrese. Spielberg podría haber pensado en cualquier historia que por surrealista que fuera, la iban a dar por buena (y de casos como este está plagada la historia del cine).
El caso es que hasta hace unos años no se sabía que el director sí que había llegado a plasmar un primer guión. Hasta entonces se sabía que el hombre había mantenido las distancias con su obra, siempre con cuidado de no fomentar el interés por una secuela de la obra. Una postura que además resulta valiente a la vez que coherente con el legado de la misma, si no había material o si realmente se trataba de una película con principio y final cerrado, no había por qué estirar el filón. Pero no fue así, no del todo.
E.T. II: Nocturnal Fears
La presión de los estudios dio como resultado que a las semanas siguientes del debut de la película tanto Spielberg como Mathison iniciaran un tratamiento de la historia para una secuela. El nombre: E.T. II: Nocturnal Fears (difícil por el historial adivinar el nombre que se le hubiera dado en España).
Este primer guión-borrador comenzaría a escribirse el 17 de julio de 1982. Años más tarde verían la luz las 10 páginas que se habían desarrollado para la trama. Un argumento que, de haber visto la luz, habría permitido destrozar al personaje y la historia que tanto gustó. Una infame sinopsis que enlazaría con la película original de la siguiente forma:
Un alien malvado bajo el nombre de Korel ha aterrizado en la Tierra con su horda de soldados persiguiendo la señal de socorro enviada por E.T. con la esperanza de capturar a su enemigo y reclamar la gloria de su pueblo. Al llegar a la Tierra, los aliens se muestran como una banda de “carnívoros” alborotadores con la ingesta nada más llegar al planeta del ganado de una granja. Mientras, para Elliot, Gertie y Michael la vida no ha sido la misma desde que E.T. salió de sus vidas. Mary, la madre de los jóvenes, está preocupada de que los niños no sean capaces de superar la pérdida de su amigo.Elliot y la banda de jóvenes malinterpretan las señales y acuden al bosque, encontrándose allí con Korel, quién a su vez no cree que E.T. saliera de la Tierra a su planeta de origen. Korel captura a los niños en la nave y tortura a Elliot mientras le pregunta por el paradero del extraterrestre, forzando finalmente a Elliot a clamar por su querido amigo, quién finalmente oye la llamada de auxilio desde el otro lado del cosmos.
Y hasta aquí una breve sinopsis-resumen del borrador (lo podéis ver enteroaquí). Aunque el desarrollo del guión da otras claves, esta fue la base en la que se fundamentaría la segunda parte de E.T., a la que ahora sí, habrá que darle las gracias a Spielberg de que jamás viera la luz.
A diferencia de la original, en este guión se cambia por completo el tratamiento de la original. Mientras que la primera respira serenidad en los tiempos, E.T. IIparecía encaminada a una película de terror, mucho más agresiva, con inclusión en los bocetos de tortura, masacre de animales y en general una bienvenida a la oscuridad. Claro que estos elemento pueden estar muy bien, pero no acaba de enlazar para nada con la historia y argumento de la original. Una película que casi con toda seguridad hubiera traumatizado a cualquier niño que acudiera al cine con la esperanza de ver al bueno de E.T.
Tras el trabajo realizado Spielberg finalmente se negó. Aludió a sus propios sentimientos escribiendo el borrador y explicaría posteriormente que una segunda parte “no haría otra cosa que extirpar la original de su virginidad”. Lo único cierto es que jamás sabremos cómo habría sido finalmente esta secuela.
Aunque puede valer un apunte del trabajo que realizó esas semanas escribiendo. Es posible que ese borrador sombrío y oscuro tornara para bien en otro de sus clásicos. Y es que tras E.T. se embarcó en Indiana Jones and the Temple of Doom. El Indy más oscuro y violento jamás filmado llegaba a los cines. Spielberg había soltado toda esa rabia contenida.
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