Cinco años después del accidente nuclear de Fukushima, la radiación nuclear persiste en algunas zonas descontaminadas y declaradas seguras por las autoridades japonesas. El fotógrafo Greg McNevin ha dado con una manera ingeniosa de fotografiar la contaminación invisible (y en tiempo real).
En colaboración con la organización ambientalista Greenpeace, McNevin hizo varias fotografías de larga exposición aplicando la famosa técnica de light painting o pintura con luz. Para ello fabricaron una herramienta de iluminación LED con forma de palo y la conectaron a un contador Geiger que detecta la radiación ionizante del entorno. Sólo hizo falta que alguien recorriera el encuadre con el palo en la mano mientras el obturador capturaba la luz.
Los resultados son escalofriantes. En las fotos, las barras blancas representan un nivel de contaminación aceptable según las autoridades (menos de 1 mSv por año); las naranjas (hasta 5 mSv por año) significan que la radiación excede los niveles objetivo, lo que puede suponer un riesgo para la salud; y las rojas (más de 5 mSv por año) implican que hay que evacuar a la población.
Greenpeace se trasladó también a los alrededores de Chernóbil, 30 años después del mayor accidente nuclear de la historia, para demostrar la persistencia de la contaminación radiactiva en zonas que están habitadas.
Puedes leer la historia completa y ver el resto de imágenes de Fukushima y Chernóbil en el blog de Greenpeace.
0 Comentarios