Seis razones por las que ocurren los calambres

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Estamos seguros de que todos habéis tenido experiencias con los dolorosos calambres, ya fuera durante o después del entrenamiento, o incluso descansando. Como atletas free, los calambres debido a la sobrecarga física son muy importantes. Por eso vamos a darte varias razones por las que se producen los calambres y también vamos a enseñarte cómo combatirlos.

¿Cómo ocurren los calambres?
Los músculos están formados por un gran número de células musculares. Con la ayuda de los iones minerales, también llamados electrolitos, el cerebro envía impulsos eléctricos a través de las vías nerviosas a las células musculares. Esta energía química se transforma en energía mecánica dentro de las células: los músculos reaccionan y mueven el esqueleto.

En caso de que exista una falta de comunicación, es decir, si los nervios envían demasiadas señales, demasiado fuertes o incorrectas, o las células musculares no pueden procesar las señales del modo adecuado, los músculos no pueden reaccionar bien. Esto produce contracciones arrítmicas, retrasadas u opuestas, que percibimos como dolorosos calambres.

¿Por qué se produce esta falta de comunicación?

Falta de minerales
Existen varias causas por las que nos dan calambres. A menudo está ligado a la falta de magnesio. De hecho, la causa de los calambres es una concentración baja de electrolitos, aunque no siempre es el magnesio el que falta.

Al hacer ejercicio el cuerpo pierde muchísimo líquido a través del sudor y, con ello, minerales importantes. Es de vital importancia beber suficiente agua antes, durante y después de entrenar para aportarle al cuerpo los minerales necesarios en una rutina. El agua proporciona minerales muy valiosos como el sodio, potasio, calcio y magnesio. Todos tienen su papel en la comunicación entre el sistema nervioso y el muscular, así que son importantes.

Deshidratación
Sin embargo, la concentración de electrolitos no tiene por qué ser la única causa. En general también puede deberse a la deshidratación. Sin el líquido suficiente, el cuerpo no puede transportar los nutrientes con fluidez, y también es el caso de los minerales. Así que puede que los minerales estén equilibrados, pero que no haya bastante líquido para que puedan llegar a su destino. Principalmente, las razones que hemos comentado arriba son las responsables de los calambres musculares. Por eso queremos destacar de nuevo la importancia de hidratarse lo suficiente.

Trastorno de la circulación sanguínea
Otro de los factores principales es una mala circulación sanguínea, por ejemplo por una mala postura o forma, cargar de un solo lado o llevar zapatos demasiado altos. Durante una rutina los músculos necesitan oxígeno como combustible para convertir la energía química en energía mecánica. Si los vasos sanguíneos no transportan oxígeno suficiente, las células musculares no pueden procesar los impulsos de la forma correcta y se tensan.

Sobrecarga
Entrenar demasiado también puede provocar espasmos musculares. Después de un esfuerzo muy intenso, si has entrenado hasta agotar a los músuculos, las células músculares se irritan. Esto hace que estén muy sensibles a cualquier orden que le envíe el cerebro: las señales electrónicas son demasiado fuertes para las células musculares fatigadas y no pueden procesarlas correctamente.

Frío
Las bajas temperaturas, sobre todo los cambios bruscos de calor a frío, pueden llevar a una gran tensión en los músculos que puede acabar en un calambre.

Razones anatómicas y médicas
Otras razones, bastante raras, pueden ser desalineaciones de las piernas, caderas o tronco, así como nervios o vasos constreñidos, enfermedades, desde un simple constipado a la diabetes, y efectos secundarios de medicamentos. Si crees que puedes sufrir estos factores, consulta con tu médico.

¿Cómo puedo tratar los calambres?
La mayoría se quedan paralizados cuando experimentan un espasmo muscular y simplemente sujetan el punto del dolor. Sin embargo, se debe hacer lo contrario: estirar de forma activa pero con precaución el músculo y activar el músculo antagonista para liberar poco a poco la contracción.
Por ejemplo, si te duele el gemelo, uno de los calambres más habituales, es útil estirar los pies hacia ti mismo para tensar su músculo antagonista en la espinilla. Al hacerlo, el gemelo se estira y se relaja. También puede servir el masajear la zona a lo largo. En cuanto la tensión cese, debes mover de nuevo el músculo poco a poco para eliminar posibles restos de la contracción.

No obstante, el mejor tratamiento es la prevención. Además de ingerir una cantidad suficiente de líquidos y minerales, necesarios para asegurar el suministro y la transmisión de electrolitos, hay dos aspectos que se descuidan en el entrenamiento: calentar antes de una rutina y estirar después. Consulta nuestras instrucciones y tómalas en serio para evitar calambres musculares.
Pronto te enseñaremos cómo calentar y estirar de modo eficaz para evitarlos.

La fruta fresca, como las manzanas, o los zumos de frutas (idealmente recién exprimidos) también se pueden usar para prevenir los espasmos, pues la fruta contiene muchos minerales que puede usar el cuerpo rápidamente debido al azúcar de la fruta.

Duchas de agua tibia y fría así como baños calientes son de gran ayuda para acostumbrar a los músculos a los cambios de temperatura y para aumentar el flujo sanguíneo.

Por cierto
La causa más frecuente que lleva a lo mencionado arriba es moverse poco. Por eso mucha gente sufre dolorosos calambres sin sobrecargar mucho los músculos o incluso descansando. Aunque no se pueden evitar los calambres por completo, como atleta free deberían afectarte menos a menudo.

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