En horas vivio sensaciones mas extremas que en toda su vida se abalanzo sobre las personas que intentaban detenerla y sobre los transeúntes que pasaban, tropezó tratando de cruzar una cerca, cayó y se volvió a levantar, corrió entre autos y camiones en una carretera y sufrió dos disparos.
Durante mucho tiempo los oficiales no supieron cómo detenerla y se limitaban a seguirla de atrás. La calma llegó cuando lograron cercarla dentro del estacionamiento de un hipermercado.
Entonces llegaron sus dueños y le dispararon dos dardos tranquilizantes. Se detuvo al instante y en ese estado la subieron a un camión para devolverla al circo. En principio parecía estar sana, pero la situación fue tan estresante que terminó muriendo de un paro cardíaco pocas horas después.
No se reportaron heridos, pero muchos automovilistas denunciaron daños en sus vehículos por las abolladuras que les provocó al pisar sus capós y por los choques que desencadenaron las maniobras realizadas para esquivarla.
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