Las temperaturas bajaron hacia el punto de congelación esta mañana, con lo que decenas de miles de personas sin electricidad en el litoral del Atlántico han comenzado a caer en cuenta de que tendrán que hallar algún otro lugar para quedarse.
"Las noches son las peores porque sientes que estás a la intemperie aun cuando estás en interiores", dijo Genice Josey, una habitante de Far Rockaway que duerme bajo tres mantas y viste ropa térmica bajo su piyama.
Más de un millón de estudiantes se sumaron a la hora pico matutina por primera vez desde la tormenta, y muchos conductores tuvieron que esperar, y algunos de ellos dormir, en largas filas para poder comprar gasolina. Otros viajeros abarrotaron el servicio limitado de trenes de Long Island a tal grado que algunos no pudieron abordar.
El alcalde de Nueva York Michael Bloomberg fue cuestionado sobre si la ciudad estaría preparada para las elecciones presidenciales de mañana. "No tengo idea", respondió.
La nueva tormenta preocupó a grandes franjas de la región que retomaban un poco de normalidad.
"Prepárense para más apagones", dijo Joe Pollina, del Servicio Meteorológico Nacional. "Quédense en casa. Tengan provisiones".
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