Hasta ahora se sabía que amplias zonas del fondo bajo el océano ártico tienen enormes cantidades de gas metano. Las filtraciones de este gas que contribuye al calentamiento global se habían estudiado antes, pero nunca se habían llegado a fotografiar. Estas son sus primeras imágenes, tomadas a profundidades de en torno a 1.000 metros.
El metano es uno de los principales gases que contribuyen a elevar la temperatura del planeta. El hombre lo produce mediante actividades como la ganadería, pero el metano también se genera de manera natural, normalmente durante la descomposición de materia orgánica.
En el fondo del mar, el metano se forma mediante un proceso abiótico, por la reacción química entre el agua y la rocas del manto expuestas en fallas. El gas se filtra poco a poco y termina acumulándose en los sedimentos marinos en forma de hidratos de gas. Por regla general, el metano acumulado de esta forma es estable, pero en algunos puntos a menos profundidad se escapa a la superficie en burbujas, contribuyendo a la acidificación del agua de mar y liberando dióxido de carbono al oxidarse.
Las enormes concentraciones de metano en el fondo del Océano Ártico (se estima que hay más de 15.000 gigatoneladas) hace que los científicos estudien con mucho detalle este fenómeno natural y sus implicaciones para el clima del planeta.
La doctora Giuliana Panieri del Centro para hidratos de gas del Ártico, el Medio Ambiente y el Clima (CAGE, por sus siglas en inglés) de la Universidad del Ártico en Noruega lleva años tomando muestras de más de 1.000 puntos donde este metano se filtra. Sin embargo, hasta ahora nunca se habían tomado imágenes. Un nuevo sistema de cámaras guiado por láser y unido a los sensores de medición habituales ha permitido tomar fotos en color de las zonas donde estos escapes son más abundantes.
Las imágenes muestran una rica variedad de animales que viven en este ecosistema rico en metano, como anémonas, esponjas o gusanos marinos. El sol de medianoche alimenta el sistema de cámaras 24 horas, que toma una imagen cada 10 o 15 segundos. Gracias a estas imágenes, Panieri y su equipo esperan obtener nuevos datos sobre este peculiar ecosistema y, sobre todo, acerca del comportamiento de estas grandes reservas de metano.
[Via Gizmodo]
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