El 5 de diciembre del año 2012 el buque de carga MV Baltic Ace chocó con otro buque en el Mar del Norte, y se hundió. El problema es que el barco llevaba nada menos que más de 1.400 automóviles y el equivalente a 100.000 barriles de combustible, por lo que sacarlo del mar era necesario. Y el proceso de extraer y remolcar este titán de los mares fue, sencillamente, impresionante.
El MV Baltic Ace, un buque registrado en las Bahamas, entró en servicio en el año 2007, y durante apenas cinco años transportó cargas por todo el mar. Cuando colisionó con el buque de carga Corvus J iba camino a la Europa Oriental con más de 1.400 automóviles de la marca Mitsubishi.
Más allá del peligro que supone el que se filtren estos 100.000 barriles de combustible en el mar, que supondría un grave peligro para la flora y fauna del ecosistema, el buque se hundió en una zona muy transitada por otras embarcaciones, por lo que tenía que ser extraído, sí o sí.
El proceso de rescatar este barco fue todo menos sencillo. El responsable de la tarea fue un organismo llamado Rijkswaterstaat, parte del Ministerio de Ambiente e Infraestructura de Holanda, y para ello utilizaron una serie de grúas marinas de proporciones gigantescas, y trabajaron durante meses para extraer parte por parte la embarcación.
En primer lugar, tuvieron que extraer el combustible antes de los restos de la embarcación. Para ello tuvieron que perforar el casco del navío y calentar el combustible (que se encontraba en estado sólido) para después succionarlo con mangueras. El siguiente paso fue cortar el navío en ocho partes individuales, y extraer cada una de ellas por separado, intentando que el contenido del barco (los autos) no quedaran en el mar, o al menos, la menor cantidad posible, para luego extraerlos uno por uno.
Al final, los restos fueron picados y la mayoría de ellos reciclados.
Todo este proceso tomó nada menos que casi cuatro años, y a finales de 2015 finalizaron. Y como no podía ser de otra forma, quedó documentado en vídeo.
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