Huellas en el cuarto de un hotel donde aparecieron dos
hombres baleados y un presunto falso testigo fueron suficientes para condenar
a muerte al empresario británico Krishna Maharaj, aunque
este se encontrara a kilómetros del lugar según su defensa. La inocencia que él
mantiene desde el principio nunca se ha comprobado. Lo cierto es que por
aquella época Miami era sede de la guerra de la
cocaína; y los muertos tenían cuentas pendientes con el señalado por el acusado
de ser el real culpable: Pablo Escobar.
Kris, como le llaman sus allegados, nació en Trinidad.
Al terminar sus estudios se mudó a Peckham, al sur de Londres, en 1960. Allá
construyó un negocio de importación de alimentos con un préstamo de USD 1.800
que pronto prosperó. Ya era parte del 'swinging London' (escena
de la moda y la cultura que floreció en la capital inglesa en la década de los
60's) cuando se convirtió en una de las personas más ricas de Gran
Bretaña. Coleccionaba Rolls-Royces, aunque su pasión eran los caballos de
carrera, incluso los suyos compitieron -y ganaron- con los de la reina.
A principios de los 80, Maharaj se mudó al sur de la
Florida para invertir en bienes raíces. Allá se contactó con Derrick Moo Young,
un jamaiquino de origen chino a quien había conocido en Londres, para que supervisara
las inversiones cuando estuviera fuera de la ciudad. Esa relación comercial fue
el móvil que la justicia estadounidense usó para corroborar el testimonio de
Neville Butler, un sujeto que aseguró haber presenciado el crimen.
Maharaj no tenía antecedentes de violencia, y tenía una
coartada fuerte con al menos seis testigos que lo ubicaban a, exactamente, 50
kilómetros de distancia de la escena del crimen al momento de los asesinatos,
en Fort Lauderdale: la psicóloga Marianne Cook, un hombre
de un café cercano a su oficina, un agente inmobiliario con despacho en su
mismo edificio, el administrador de un restaurante donde almorzó y otros más,
según BBC. Pese a ello fue declarado culpable.
Inconsistencias
Krishna Maharaj ha negado ser el autor del crimen, siempre. Por supuesto, decidió apelar. Neville
Butler, el testigo clave de la Fiscalía, no pasó el detector de mentiras,
cambió su historia varias veces y fue desestimado. El
mismo juez fue arrestado por aceptar sobornos de un agente encubierto que se
hizo pasar por miembro de un cartel de drogas. Una corte de apelaciones
estableció que el número de serie del arma homicida podría ser el de miles
similares. Los seis testigos hablaron en su defensa.
Pero siete
tribunales distintos han concluido que su condena debe mantenerse.
"La evidencia del Sr. Maharaj consiste en alegaciones vagas que invitan a
inferencias, y ninguna de ellas se une de manera coherente sin inferencias
adicionales. Solo sus conclusiones llenan el vacío, pero este tribunal no está
obligado a aceptar tales conclusiones", escribió en una ocasión el
Asistente del Fiscal General Jeffrey Geldens. No hubo más juicios, pero en
2002 consiguió rebajar la pena a cadena perpetua, 16 años después de su
arresto.
"Fue orden de Pablo Escobar"
En 2014, el abogado de Maharaj, Clive
Stafford Smith, fundador de Reprieve, anunció que tenía
"pruebas abrumadoras" que incriminaban al cartel de la cocaína con el
doble homicidio. Se sostuvo en que en aquella época los
mafiosos colombianos estaban activos en la escena de violencia de Miami. Descubrió
que los Young lavaban dinero en efectivo para el extinto capo Pablo Escobar,
cabecilla del Cartel de Medellín. Y que le robaron, por eso los mandó a matar.
De hecho, en la habitación del hotel que estaba
al frente de donde sucedió el crimen se alojaba un presunto miembro del Cartel
de Medellín, según documentos judiciales. Por eso Smith buscó
pruebas sobre la participación de Escobar, que incluyeron dos testimonios
claves. En ese momento, se destapó que las autoridades federales -según el
abogado- no solo tenían conocimiento del lavado de activos que hacían los Young
cuando inició el primer juicio, sino registros que podrían ayudar a exonerar a
Maharaj.
Pero estas no tenían la obligación de
divulgar la información, incluso con solicitud de un tribunal estatal. Así que
en 2015, el juez William Thomas rechazó la apelación por considerar la
evidencia "demasiado débil y con problemas de admisibilidad". Ello,
pese a los testimonios claves que había encontrado Smith, de uno de los sicarios
líderes de Pablo Escobar y de un ex policía de Miami que estuvo en la escena
del crimen esa noche.
Jhon
Jairo Velásquez Vásquez, alias 'Popeye', el principal asesino de Escobar,
admitió que su jefe había mandado a matar a los Moo Young por tomar parte del
dinero de la cocaína que les habían dado para lavar. "Nunca había oído de Krishna
Maharaj, pero sí recuerdo quién mató a los Moo Young: un asesino conocido como
'Cuchilla'", manifestó el sicario según cita Daily
Mail. Se refiere a Guillermo Zuluaga, quien se presume está muerto.
Leer articulo completo en INFOBAE
0 Comentarios